martes, 28 de agosto de 2007

Primer Acto


Que curioso es que los momentos mas inoportunos a veces resultan ser lo mas provechosos para el carácter humano.

“Delante de el se vio la sombra de los cambios futuristas, delante de el se vio como en un nuevo momento los músculos se forzaban para crear una nueva velada, se volvían cada vez mas cansados, y los cuerpos, los cuerpos que lo acompañaban poco ayudaban a que las luces pudieran entregar energías en ese aire sucio de carbón y minerales menores de carismas verdosos, si de carismas verdosos eran los momentos bajo la luz de la luna blanca, blanca y llena, llena y extorsionada por el corazón del hombre que la convirtió en un símbolo de adoración y domesticación, que poco a poco, la volvieron un solo efecto natural y común de la humanidad. Así de un poco de fuerzas que no sobraban levanto los brazos ante los raciocinios del grupo observador frente a las cortinas oscuras y las luces opacas, de pronto tras un suspiros profundo exclamo con dulzor y un cierto tono sarcástico - “la vida nunca tendrá tantos colores como cuando tu estabas a mi lado, como cuando tu eras el motivo de mi taquicardia, como cuando tu hacías que un solo rose de las manos provocara una sonrisa” - entonces la multitud ofreció en forma de halago una sonrisa, prosiguió mostrándose melancólico entonces el personaje, sin previo aviso ni imaginación alguna de ninguno de los espectadores, salta desconsoladamente, se sujeta el pecho con las manos, la cabeza da vueltas y el cuerpo tirita sin consolidación alguna del alma y el aire que lo rodeaba, los ojos de pronto se le cierran y el cuerpo se vuelve rígido y descansa tranquilo en el suelo del desván, así de ese modo fue que poco a poco el publico se acerco al artista, se reunión en círculos alrededor del cuerpo ya inmóvil, así fue si así fue como sin permiso de nadie algunos intervinieron, otros corrieron, otros lloraron y otro, bueno, otros simplemente no hicieron nada, mientras tanto mi cuerpo que yacía en el suelo, rígido como una roca, abrió sus ojos y observo la oscuridad, mi alma poco provista de conocimientos y sentimientos, mi corazón intentando detener su maldita taquicardia, una mujer, un hombre, seres desconocidos sobre mi cuerpo con cara de desesperados, entonces el artista dio una bocanada de aire frustrado, una sensación de vida recorrió su cuerpo, mientras tanto su pecho siempre apretado, expresaba lagrimas sangrientas de ahogo y desatino. Lastima dicen algunos, alegres se ponen otros, mas el personaje sobrevive, se levanta, camina por si solo, y vuelve a correr, si, vuelve a correr tras un amor divino, tras un remedio nunca vencido, tras la cura a un corazón mal herido.”