Quizás poco importan las palabras en este momento, quizás dan lo mismo los sentimientos que tal cual prostitutas se nos meten en la cama y nos entregan orgasmos indistintos de sabores agridulces que nos encantan y nos vuelven locos como pobres artistas sin musas o sin inspiración alguna. Miro lentamente las marcas en el pasto tras de mi, veo como las hojas se mueven suave con el viento y a mi que me encuentro desnudo me vuelve un poco mas arrugado y me pone la carne dura y apretada, frío es lo que siento ciertamente, pero no es lo único que siento. Rara vez me había visto tan vulnerable ante sucesos de mi vida, rara vez encontré los papeles viejos de una obra escrita en mi niñez, por fin mire mi reflejo florecer y volverse una nueva sombra entre los arboles caídos en el camino, esos árboles que obstruyen mi pasada a nuevos horizontes y me advierten de nuevas aventuras extrañas y peligrosas, mas no les pongo atención y los dejo atrás como si fuese sordo, siego y lo que los demás dijesen sobre mi futuro poco me importara o mejor dicho, lo que digan no alcaza a llegar a mis oídos. Ahora no ago mas que respirar profundo dentro de la oscuridad que me agobia, no ago mas que estremecerme entre los momentos de sombras eternas, no veo luz por ningún lugar y no entiendo hacia donde camino, quizás doy vueltas en círculos, quien sabe, tal vez ahora es mejor solo detenerse y esperar que las nubes pasen, que las heridas se curen, que el tiempo tenga efecto sobre mis ojos y así poder ver algo dentro de esta oscuridad para por fin poder salir y seguir con mi camino.
Que extraña sensación la que me envuelve, me mueve, me deja y me toma nuevamente, me entierra y destierra de las viejas intenciones, me entrega y me quita, me muestra y me ciega, me enseña y me hunde en la desesperación de la incertidumbre y de la ignorancia, me levanta nuevamente de las torpezas de mi pasado y me bota a la basura para que sienta el olor de la estupidez humana, para que me impregne de los olores de la vida, para que entienda y a la vez me confunda mas aun de lo que me encuentro. ¿Será que la respuesta a todo es que tras una pregunta ahí una infinidad de respuestas? ¿Será talvez que tras toda respuesta se asoman nuevas y múltiples preguntas? ¿Será este un ciclo infinito que no nos lleva a nada, que no nos lleva a ningún lugar? ¿Será acaso que todo se resume o que el resumen de todo es imposible? Que maldita la confusión y que malditos los pensamientos que se meten sin permiso en mi cabeza y me hacen sentir que nada es como yo quiero y que nada nunca, nunca será como yo lo espero o deseo, ¿será que me ahogo en un vaso de agua? Que torpe salvavidas seria el que se atraganta con agua dulce y se entrega a los brazos de la muerte sin siquiera entregar lucha alguna, sin siquiera dar brazadas o pataleos, sin siquiera atreverse a nadar en sueños, que cobardía la mía de no ser capas de nadar en los sueños que me entrega la vida, pesadillas serán quizás dicen algunos, no lo se, solo se que soy cobarde, que no me atrevo a cerrar los ojos por el solo hecho de no querer despertar deseando morir. ¿O será más bien que le temo a la vida misma, que le temo a vivir, a sentir, a volverme nuevamente débil? Que estupidez dice mi inconciente, que estupido que eres salvavidas de pacotilla, mira que no atreverse a vivir, a sentir, a volverse débil, ¿es que acaso eres fuerte en este momento? ¿Es que acaso enfrentas tus miedos en este momento? Malditas respuestas nuevamente me muestran mi equivocación, o mejor dicho mí acierto, esas preguntas que me hago y se responden solas en mi mente, en mi cabeza, ¿serán acaso preguntas inútiles? ¿O serán necesarias para poder seguir adelante y crecer como persona? Me doy cuenta que no soy nada, o que mejor dicho, no soy mas que un pendejo.
Que extraña sensación la que me envuelve, me mueve, me deja y me toma nuevamente, me entierra y destierra de las viejas intenciones, me entrega y me quita, me muestra y me ciega, me enseña y me hunde en la desesperación de la incertidumbre y de la ignorancia, me levanta nuevamente de las torpezas de mi pasado y me bota a la basura para que sienta el olor de la estupidez humana, para que me impregne de los olores de la vida, para que entienda y a la vez me confunda mas aun de lo que me encuentro. ¿Será que la respuesta a todo es que tras una pregunta ahí una infinidad de respuestas? ¿Será talvez que tras toda respuesta se asoman nuevas y múltiples preguntas? ¿Será este un ciclo infinito que no nos lleva a nada, que no nos lleva a ningún lugar? ¿Será acaso que todo se resume o que el resumen de todo es imposible? Que maldita la confusión y que malditos los pensamientos que se meten sin permiso en mi cabeza y me hacen sentir que nada es como yo quiero y que nada nunca, nunca será como yo lo espero o deseo, ¿será que me ahogo en un vaso de agua? Que torpe salvavidas seria el que se atraganta con agua dulce y se entrega a los brazos de la muerte sin siquiera entregar lucha alguna, sin siquiera dar brazadas o pataleos, sin siquiera atreverse a nadar en sueños, que cobardía la mía de no ser capas de nadar en los sueños que me entrega la vida, pesadillas serán quizás dicen algunos, no lo se, solo se que soy cobarde, que no me atrevo a cerrar los ojos por el solo hecho de no querer despertar deseando morir. ¿O será más bien que le temo a la vida misma, que le temo a vivir, a sentir, a volverme nuevamente débil? Que estupidez dice mi inconciente, que estupido que eres salvavidas de pacotilla, mira que no atreverse a vivir, a sentir, a volverse débil, ¿es que acaso eres fuerte en este momento? ¿Es que acaso enfrentas tus miedos en este momento? Malditas respuestas nuevamente me muestran mi equivocación, o mejor dicho mí acierto, esas preguntas que me hago y se responden solas en mi mente, en mi cabeza, ¿serán acaso preguntas inútiles? ¿O serán necesarias para poder seguir adelante y crecer como persona? Me doy cuenta que no soy nada, o que mejor dicho, no soy mas que un pendejo.